Manual para irse de campamento al bosque fueguino

 

El finde largo estuve ocupadísimo con un English Camp que tuvimos en una escuelita con los estudiantes adolescentes. Organizamos miles de actividades y conseguimos un lugar re lindo en el medio del valle y cerca de un río. La experiencia fue muy, muy copada, y fría. Nos quedamos de viernes a sábado a dormir en carpas y todavía vengo arrastrando cansancio/relajación. Fue un fucking Monday de mucha fiaca.

A raíz de eso, estaba buscando una manera de hacer un cierre al tema y se me ocurrió pensar en qué cosas había aprendido esa noche. Y aquí están: consejos para quien se aventure a un campamento educativo o recreativo en el bosque fueguino, en marzo.

1- Llevar bolsa de dormir de -30° y mantas, y saber que, no matter what, nos vamos a descuartizar del frío de todas maneras (no sorprenderse si no siente las orejas o la nariz por la mañana). Ah, y llevar la almohadita inflable que nos compramos y nunca recordamos llevar anywhere.

2- Asegurarse que el colchón que nos va a aislar del piso helado y húmedo no esté pinchado o esté bien cerrada la tapita (es feo despertarse – si es que dormimos – sobre un colchón desinflado).

3- Recordar que las paredes de las carpas no son herméticas; No decir nada ofensivo hacia cualquier persona que pueda estar durmiendo en una carpa cerca de la nuestra.

4- Mirar la carpa de día y fijarse si es apta para la zona o si es para un verano jujeño (por ejemplo, si partes de la carpa son de tela mosquitera en vez de material de carpa para lugares fríos). Preferiblemente chequear esto el día antes y no a la mañana después.

5- Aprender a hacer fuego; cuán bien sabemos hacer fuego en una salamandra puede hacer la diferencia entre una linda experiencia y una tortura inolvidable.

6- Asegurarse de que nos toque dormir en la carpa con la chica más linda del staff.

7- Si nos escapamos a fumar con una compañera porque fumar en el campamento está prohibido, que sea a un lugar del cual el humo no sea traido al campamento por el viento.

8- Directamente no acostarse a dormir. El frío será tan torturante y cegador que no dormirás at all.

 

¿Quién sabe?

 

Mi amiga Pú me lo intentó hacer entender con un celuar y una moneda, sobre la mesa. Pero sigo sin entenderlo.

¿Alguien me puede explicar por qué cuando llego a casa encuentro el dobladillo de la botamanga de mi jean lleno de piedritas? A veces me saco rocas tan grandes que no lo puedo creer. ¿Cómo llegan las piedritas del camino a guardarse ahí dentro, tan escurridizamente? ¿Me pasa sólo a mí porque camino como un chueco o le pasa a alguien más? Y lo más importante: ¿hay manera de evitarlo?

 

FOCUS

 

El otro día (vamos a decir que fue hace poco), como todos los findes, estábamos organizando con amigos la cena del viernes a la noche. Y por supuesto, porque es más fácil y –ahora que todos tienen BB o internet en el cel- accesible, usamos los mensajes de Facebook, donde todos van respondiendo y todos podemos leer todo.

Bien. Hay algo que definitivamente me está rompiendo mucho las pelotas últimamente. Y va en aumento. Cada vez lo soporto menos:

la gente no puede seguir ni mantener un hilo de conversación.

Los mensajes son para ver quién va, quién no va, dónde comemos, qué comemos, quién hace las compras y qué hay que llevar. Tarde o temprano, siempre terminamos hablando de las mejoras de Facebook, el romance de La Pú con Kevin Johansen, del marido de Loreley de Gran Hermano, de la terrible soledad de alguno, o de la crema para los codos. Y siempre soy yo el que tengo que estar atento para mantener a todo el mundo FOCUSED. Como hay que hacer en clase.

Otro ejemplo claro son los threads de Facebook en algún muro/imagen. Empezás felicitando la foto de un amanecer del album de alguien y terminás leyendo sobre la prima de Josesito, a la que se le cayó un diente. O empezás leyendo que una amiga está mirando Twilight y tomando mate y terminás leyendo o comentando sobre la caída de la bici de una tal Vanina. Y todo en la misma cadena.

O también estás chusmeando con un colega sobre otro colega y se desconcentra y no te termina de contar. Esa es terrible.

No lo soporto más. Y me doy cuenta que cada vez que ocurre últimamente me pongo muy violento por dentro, y hasta puedo llegar a gritar. Simplemente no entiendo por qué la gente no puede empezar y terminar UN tema de conversación. Hoy pensaba eso mientras tomaba mi café. (Siempre estoy tomando café). El café me gusta, sé que no me hace bien, pero me mantiene con ganas, sobre todo a la tarde que ya no tengo ganas de trabajar y re da dormir la siesta. Ojo que dicen que si al café lo tomás en ciertas cantidades moderadas te hace bien al corazón. Pero no lo mezclen con Speed, no lo recomiendo. Y cuando estoy paseando también me gusta tener un café en la mano. Lástima que acá no hay starbucks. Dicen que va a abrir uno, que Ushuaia es la última misión de Starbucks algún día. Por ahora me conformo con …